domingo, 19 de mayo de 2013

Donde digo "digo".


Digo que parezco los desperdicios de lo que debería ser,
que te fuiste y (por suerte) te llevaste toda la basura que pensábamos sobre el amor,
y me dejaste acá, rabiosa, inteligente y sola.

Menos mal que me quedó el resentimiento y las ganas de matarte.
menos mal que es domingo y está lloviendo, qué alegría.
Menos mal que tengo un montón de libros de poesía
y que puedo imaginarme que te arranco el corazón y le vomito encima,
de puro tierna que soy.

Me encanta la mujer desencantada y cínica en que me convertiste,
no me preocupa que me mientan, yo miento primero.

No me preocupo por las hojas que caen mecidas por el viento del otoño precoz,
ni por el cuarto creciente finito y blanquísimo que se parece a los pedazos de uña
que me arranco cuando me pongo nerviosa.
Ya no me interesa el vapor del aliento que se condensa en los vidrios de las ventanas como condenando a mis palabras torpes a morir hechas gota de agua sucia.
Ni me fijo en la brutalidad de las olas enardecidas en los muros de la rambla cuando hay tormenta, o en la poesía de unos labios gruesos rajados por el frío hiriente de la madrugada.

Me gusta, me gustan mi mirada recelosa y mis ojos entrecerrados.

Las manos de la protesta (Oswaldo Guayasamin)