miércoles, 12 de julio de 2017

Uruguayita triste llama la atención en Facebook

Hoy entré a Facebook.
El horóscopo me dijo que tengo un mal año,
que las lunas de Saturno hablan mal de mí cuando me voy de la Tortu.

Que voy a perder a las personas que más quiero,

que se van a morir y se van a ir y se van a alejar de mí.
Que los tengo hartos a todos con mis malos modos.

Que va a llover toda la semana y voy a tener insomnio.

Que de diez ómnibus que me tome, siete van a sintonizar Petinatti.

Otros artículos me aseguran que estoy equivocada,

que la comida que me gusta me va a matar,
que no sé disfrutar del sexo,
que tengo que lavarme los dientes 14 veces por día
y que si no tengo hijos antes de los 30 me voy a morir de cáncer.

(Necesito comprarme zapatos y dejar de comer carne para siempre pero no del todo,
y si me gusta el café con leche me aporta calcio pero después de las 11:05 de la mañana me descalcifica.)

Según estos 22678 likes los pelos en la axila son desagradables.


Entro a mi red social de preferencia y no están mis amigos.

No hay nadie, está todo vacío.
Estoy entre desconocidos.

Miremos una sitcom, miremos Friends, así siento que estoy acompañada.

Porque los conozco y son predecibles y no me hacen daño.
Voy a meter la cabeza en el monitor.
Porque según este test, mi personalidad es demasiado absorbente
y mi coeficiente intelectual más bajo de lo que pretendo.
¿Qué caso tiene escribir ese mensaje que no va a ser contestado?

Personalidad Intensa. Dramática: Ideal para la creación artística o para trabajar en Burger King.


Callate y dame like.
Like y te comento.
Like y te agrego.
Likeame toda.
Like y me pego un tiro en vivo.
Like y me como un jabón.
Like y meto el dedo en la licuadora.
Por favor, alguien que me de like.
Algún like que me rescate de la indiferencia.

A tientas

Ocre durmevela de inhalar en tu ropa
los vestigios anhelantes de tu cuerpo.
Las estrellas se acomodan silenciosas
(Son mil inciensos pálidos, murientes)
y se aprietan en mi nuca,
presionándome el cerebro,
quemándome la cabeza,
me repito las cosas que recuerdo de tu cara,
las enumero, las pongo en un orden de importancia,
que voy a cambiar luego..

La piedra, la última botella de Sprite,
la sábana en la que te sangró la nariz,
el dibujo que hiciste de mi al poco de conocernos.
Son pequeños altares.
Símbolo de tu presencia fantasmagórica,
donde a cada minuto te toca volver a escena.
Una y otra vez pongo el disco
para convencerme de que no te has muerto.

Y si el dolor y la melancolía me apuñalan,
y me dejan vomitando en el suelo,
dejo subir la rabia, que me dan ganas de pelear de nuevo.
Y me levanto, de verdad,
de entre la ropa sin lavar.
A las puteadas limpias (que son nutrientes de mi cuerpo)
me arranco a la calle,
levanto las baldosas con las yemas ensangrentadas,
pateo cerraduras oxidadas,
les grito a las viejas que se les acaba el tiempo.


      Y a mí me pasan

            los minutos

                  como horas

   

                                       a tientas.