miércoles, 12 de septiembre de 2012

En diferido.

Volver a llamarte.
Caminar entre los abultados montones de gente.
Semáforos, bares, baldosas, faroles.

Volver a volver a tu voz,
como si no hubiera pasado ni un día.
Que los ecos telefónicos resuenen en los muros,
en los campanarios, en la puerta de la Ciudadela,
y en la cara de Dante, y el Cervantes de dos manos.

Que se queden mudas las gaviotas del puerto,
que se ericen las pieles de los parlamentarios.
Que todas las fuentes tiemblen sobre la tierra,
estremecida con la borratinta de tu voz.

Que todas las cosas se retuerzan,
los árboles con raíces-brazos-tristes.enterrados,
los candados abiertos,
semillas de plantas de arbustos de puertas
de casas de niños del sol.

Portones rotos con arañas tejidas a sus verjas,
hierro muerto con palabras colgadas tintineando en el aire,
sacudiéndose al ritmo del calor de tus labios tras el teléfono.

Mientras, mi pequeña mano sostiene el mundo con fuerza.

"Cellular phone" Karin Jurick. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario